Arte Primitivo

Arte Primitivo

En relación a las pinturas rupestres o sobre cortezas, el hombre antiguo ha representado figuras humanas, artículos de caza, animales, siluetas de pies y manos, etc. Se han encontrado esculturas con formas de rostros humanos, cabezas momificadas como trofeos de guerra, etc. Las grandes esculturas en piedras volcánicas, se observan en la Isla de Pascua. Se visualizan tallas en las canoas en los maoríes de Nueva Zelanda.

Arte primitivo actual : Con este nombre se engloba al arte perteneciente a aquellas razas que aún hoy viven en condiciones primitivas, siendo el punto de referencia las aptitudes desplegadas por un niño en sus dibujos, que tienen un sentido artístico primordial. Es así como obra movido por impulsos, reproduce los objetos, no como los ve sino como son representados en su memoria. En el caso de las culturas primitivas que actualmente existen, las manifestaciones de arte están condicionadas a las creencias, costumbres y mitos de la sociedad en la que se encuentran sumergidas.

Arte en la Edad de Piedra

Dentro del Paleolítico Superior se pueden dividir tres subperíodos: Auriñaciense, Solutrense y Magdaleniense; esto ocurrió inmediatamente después del período glacial de la Tierra. El hombre de esta época había logrado perfeccionar una técnica, el tallado de la piedra; con ello obtiene asombrosos utensillos con formas lanceoladas, típicos del subperíodo Solutrense.

Las condiciones del clima han obligado a esta gente a vivir en cuevas, que no sólo hizo de morada sino que además actuaba de “templo”. Vivían de la caza; la mayoría de los animales que apresaban ahora están extintos, éstos a su vez le servían como materia prima para sus tallas como es el caso del marfil de los mamuts.

Logran dar a luz herramientas fundamentales para su labor: el arpón y la punta de flecha, que los ayudarán a convertirse en artistas refinados. Del hollín o carbón vegetal mezclado con grasa y de tierras ocrosas obtenían sus colores. Se han encontrado esculturas labradas en piedra o en marfil, reproduciendo la figura humana femenina, generalmente obesa con grandes nalgas y pechos desproporcionados, con un propósito, probablemente mágico, ya que debido al tamaño se asemejan a “amuletos”. No faltó la conjetura de que se trataba de la “Venus” a la que se le rendía el culto de la fecundidad. Este tipo de estatuillas fueron encontradas en distintos lugares de Europa, algunas más estilizadas. Este retrato femenino del paleolítico atrae por su gran contenido humano.

Entre los animales tallados, el principal ha sido el reno, seguido por el caballo; también estas esculturas son de pequeño tamaño. No obstante se han descubierto tallas de gran dimensión en las paredes de las cuevas (una serie de caballos esculpidos). Con respecto a su pictografía, todas las cuevas son importantes por sus pinturas murales que representaban entre otras cosas, hombres enmascarados con palos en forma de tridentes y otros ocupados en labores agrícolas o de pastoreo, toros o bueyes, bisontes, cérvidos, escenas de combate, escenas con animales y figuras humanas, etc., en colores que oscilan entre el rojo y semitonos agrisados. Las pinturas de estas moradas se encuentran a cierta distancia de la entrada a la caverna.

Menhires

Ya la nueva Edad de Piedra o período Neolítico no se caracteriza por la pintura o escultura; incluso se va perdiendo la fineza y expresividad dinámica para establecerse un “abstractismo” al emplearse colosales piedras; es lo que se conoce como Arquitectura Megalítica. El hombre ha cambiado y se caracteriza por el culto funerario, lo que da lugar a sus dos formas principales de megalito: el Dolmen y el Menhir. Esta última palabra significa “piedra levantada”, consiste en una peña delgada, cilíndrica clavada en la tierra, cual obelisco, algunos llegan a 20 metros de altura. Donde fueron mayormente halladas es en gran Bretaña. Se cree que el objeto de estos menhires es el de “fijar” el alma del muerto. Del Menhir se pasa al Dolmen, que es una sepultura formada por varias piedras, constituyendo una gran cámara cuadrada y cuyo techo es un enorme bloque de piedra. En principio se creyó que se trataba de altares para sacrificios hasta que notaron que la cara lisa de la piedra estaba dirigida hacia el interior de la “sepultura”.

Edad del Bronce y del Hierro

No fue el empleo de los metales lo que caracterizó esta edad, ya en el Neolítico (Edad de Piedra) se empleaban cobre, oro y plata. La transformación radical de la mentalidad del hombre fue la técnica de la metalurgia que comenzó con el descubrimiento de realizar aleaciones entre el cobre y el estaño o el antimonio dando lugar al bronce. Este hallazgo fue precedido por un período intermedio llamado Calcolítico entre la civilización que con exclusividad empleó la piedra y la que conoció el manejo de los metales. Esta etapa abarcó de 2800-2300 aC.

Las construcciones son más monumentales y de evolución más rápida. Surge el cromlech (menhires dispuestos formando un círculo) de significancia tanto religiosa relacionado con el culto al Sol. El periodo Calcolítico y el que le sigue (Edad del Bronce) se caracteriza por la difusión marítima de este metal. En Menoría nacen los taules, que son recintos circulares con dos bloques en su centro, que al superponerse forman una “mesa” Muy importante destacar la presencia de estatuas de bronce con intención votiva. Los grandes monumentos megalíticos se relacionan con la expansión del bronce.

 

Antes de que se establezca la difusión del bronce por mar, ya se había fijado el comercio terrestre, llevado a cabo por civilizaciones de egeos que además realizaban transacciones con el oro, el ámbar y otras sustancias apreciadas. La gente dedicada a la metalurgia, a diferencia de la vida sedentaria de otros grupos étnicos, debían cambiar en forma periódica el lugar de morada, dado que los recursos eran agotados o incluso por las ansias de aumentar el comercio de sus productos metálicos entre otras regiones. Una de las creaciones que contribuyó al cambio fue la espada de hoja pesada, ya con capacidad para herir de tajo. Otro fruto brillante fue el hacha metálica. Con respecto a las manifestaciones artísticas de la época, fue la ornamentación de objetos metálicos, bajo dos formas: una, rectilínea con origen en el Neolítico, con estilo geométrico basado en líneas paralelas o en cuadriculados; y la otra curvilínea que denotó predilección por las combinaciones basadas en la línea espiral y enriqueció la decoración de Creta y Micenas. El Hierro también hizo su aparición en Grecia, de la mano de los Dorios, hacia los años 1200 aC; ya en Asia se había descubierto el forjamiento de este metal. En Europa, recién aparece hacia los 900 aC.

 

 

La edad del Hierro consta de dos períodos: la Primera Edad del Hierro y la Segunda Edad del Hierro. La Primera, denota mayor interés por las formas geométricas (triángulos, series formadas por cuadrados con diagonales, etc.), se reemplaza el cincelado por el repujado o estampado. En la Segunda Edad del Hierro, también denominada “de la Tène”, nombre del yacimiento ubicado junto al lago de Neuchâtel, comienza hacia los 500 aC, se inaugura el verdadero arte celta. Se podría citar que en la primera etapa del hierro existen influencias del arte griego, mientras que la segunda incorpora elementos helénicos, con características principalmente curvilíneas.